Vigilante de la Selva de Oza, Chipeta (2.175m) es una montaña muy estética. Si recorremos los bosques de Oza, en el Parque Natural de los Valles Occidentales, la podremos observar imponente y puntiaguda. Se trata de una montaña conocida, de fácil acceso, pero a la que poca gente asciende.
Además, en uno de sus extremos, con las sombras adecuadas, parece guardar la imagen de un jefe indio. Un rasgo que la convierte en, si cabe, todavía más atractiva. Además, se trata de un excelente mirador desde el que contemplar y disfrutar de todo el Pirineo occidental: las agujas de Ansabère, el Petrachema o la Mesa; la Cresta d’Alano, el Castillo d’Acher, el Bisaurín, el Ibón d’Acherito o el inconfundible Midi d’Ossau.
En cuanto a la toponimia, no parece clara. Pero algunas referencias apuntan a que Chipeta podría ser una derivación de Chipa (así llamamos aquí a los pequeños peces de río, esos que te mordisquean los pies cuando los metes en el agua).
Para nosotros el Chipeta Alto era una montaña que habíamos visto innumerables veces pero a la que nunca habíamos ascendido. Y qué descubrimiento. Una verdadera delicia, el recorrido es muy agradecido (2h 10′ a paso normal hasta la cima), y nos permite contemplar una gran cantidad de cimas emblemáticas. Sin duda, una de las rutas imprescindibles para disfrutar la Selva de Oza y su entorno.
Track de la ruta
Descripción de la ruta hasta Chipeta Alto desde el parking de la Mina
// Ruta realizada en el otoño 2020
Aunque también se puede ascender por el Valle de Zuriza (Ansó) desde Taxeras, nosotros comenzamos y terminamos nuestra ruta en el parking de la Mina, después de pasar la Selva de Oza. Aparcamos el coche en una pequeña explanada junto a unos carteles informativos. Aquí comienza también el ascenso hacia el Ibón de Acherito.
Atravesamos unas vallas para el ganado y tomamos la senda GR11 en dirección este. Desde el inicio de la ruta ya podemos contemplar la puntiaguda cima de Chipeta. Ahí nos dirigimos. Por una zona de pastizales y recorrido cómodo vamos ganando altura. Merece la pena pararse y mirar hacia atrás para contemplar las vistas del valle de Guarrinza.
Tras una media hora caminando comenzamos a contemplar al fondo una gran cantidad de cimas. Las emblemáticas agujas de Ansabère, el Petrachema o la Mesa de los Tres Reyes. Aquí el recorrido llanea y se camina con comodidad.
Seguimos por la GR11 que ahora gira un poco a la izquierda para llevarnos hasta el collado de Petraficha. Este es el tramo con mayor desnivel pero se camina con comodidad. Una gran cantidad de sarrios nos vigilan aquí desde lo lejos.
Tras 1h 40′ de caminata, alcanzamos el collado de Petraficha. Merece la pena parase unos minutos a contemplar la impresionante vista de la Cresta d’Alano que se abre ante nosotros y también mirar atrás, donde si nos fijamos bien podemos ver hasta el Ibón d’Acherito.
Desde aquí, dejamos ahora sí la GR11 y nos vamos a la izquierda (dirección sur-oeste). Ascendemos durante unos 20min por un recorrido cómodo, con algo de nieve en estas fechas y que nos lleva hasta la cima acompañados de unas espectaculares vistas.
Tras 2h 10′ de ruta llegamos a la cima. Hemos estado en muchas cumbres pirenaicas y está, de verdad, nos parece que tiene unas vistas exquisitas. Tanto desde la cima, como durante el recorrido. Una ascensión perfecta, sencilla, bonita y agradecida para los que quieren disfrutar de la Selva de Oza y su entorno.
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