Qué hacer ante la presencia de un oso

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Qué hacer ante la presencia de un oso. No son nada habituales los encuentros entre personas y osos, pero siempre está bien conocer y saber cómo actuar si se diera esta situación.

La Fundación Oso Pardo, Fundación Oso de Asturias y Quercus, han desarrollado una campaña para informar a la población sobre cómo reaccionar ante el encuentro con un oso. 


El incremento de la población de osos pardos durante los últimos años aumenta la probabilidad de encuentros con personas, y no solo porque algún ejemplar se acerque de vez en cuando a núcleos habitados, sino sobre todo porque cada vez nos aventuramos más en la naturaleza para disfrutar de ella. El riesgo de ataque es pequeñísimo (siete incidentes con contacto físico en los últimos 25 años en la Cordillera Cantábrica y uno en el Pirineo, ninguno con resultado fatal), pero siempre es bueno conocer de partida qué hacer en un encuentro con un oso.

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1. Observadores prudentes sí, aventureros imprudentes no

Está muy bien practicar la observación de la naturaleza de forma prudente y no embarcarse en aventuras de riesgo que no respetan esa naturaleza. En zonas oseras, como en las de otros animales salvajes, hay que seguir y no apartarse de los senderos, no adentrarse en áreas con vegetación cerrada, no seguir huellas ni otros indicios de la presencia del oso, no acercarse a las carroñas, llevar a los perros controlados y no tirar comida que atraiga al plantígrado.

 

2. Si él nos evita, nosotros también

El oso suele evitar contactos con las personas, a las que detecta con bastante antelación y distancia. Pero también las personas deben especialmente evitarlo si tienen constancia de que está herido, si aparece una hembra con cachorros (nunca hay que interponerse entre una madre y sus crías), si ha sido hostigado por perros o si se le sorprende en su encame o comiendo carroña. Lo ideal es retirarse despacio sin hacer ruido, para no alertarlo.

 

3. Algo muy excepcional: el oso ataca

Hay osos que son más agresivos con las personas, por ejemplo el grizzly americano. No es el caso de nuestros osos, pero si se diera un improbable ataque hay que tumbarse boca abajo o en posición fetal, con la cara y la cabeza protegidas con las manos y permanecer inmóvil.

 

4. Que te vea y oiga pero sin gritar ni correr

En el caso de un encuentro fortuito, si se trata de un ejemplar a corta distancia que se aproxima y no nos ha detectado, conviene hacerse notar, pero sin aspavientos ni voces, para que cambie de rumbo ates de que esté demasiado cerca. Hay que impedir que nos vea como un peligro, por lo que no se debe correr, gritar y mucho menos amenazarle y hacerle frente.

Que se levante el oso no denota necesariamente una actitud agresiva, sino un intento de identificarnos.

 

5. Si corre hacia nosotros ¿peligro?

En el caso de que se sienta amenazado, sí podría llegar a hacer una carga disuasoria. En ese momento conviene de nuevo mantener la calma, hablar suave y sin gestos amenazantes y retirarse despacio sin perder de vista al oso.

 

6. Disfrutar a distancia

Ver a una osa con sus oseznos o a un macho alimentándose de los frutos de un árbol en la ladera contraria a la nuestra, a unos cientos de metros, ya supone un gran logro para cualquier persona que busca sensaciones de calado en torno a la fauna salvaje. Y siempre será mejor que ese avistamiento se consiga de la mano de guías expertos que organizan rutas por zonas oseras.

 

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