En el Valle de Benasque existe un lugar especial. Un legado que la milenaria erosión del agua en la roca kárstica ha dejado para ser contemplado en nuestros días: el Forau de Aiguallut. Se trata de una cueva subterránea cuyo techo se ha derrumbado. Estas curiosas y llamativas formaciones geológicas se conocen como dolinas o torcas.
El Forau de Aiguallut es quizá uno de los lugares más visitados de todo el Valle de Benasque. Y es que más allá de la sima en sí, el entorno es impresionante. La cascada de Aiguallut y las vistas al Aneto, cumbre reina del Pirineo, completan una imagen de postal. Además, si superamos la cascada, se abre ante nosotros el Plan de Aiguallut, una inmensa pradera en la que las aguas dibujan serpenteantes meandros.
Las aguas que descienden Aiguallut provienen del mismo glaciar del Aneto. Una vez en el Forau desaparecen bajo tierra para reaparecer de nuevo en la Val d’Aran y desembocar finalmente en el Océano Atlántico.
La accesibilidad y belleza del lugar otorgan a Aiguallut los ingredientes perfectos para ser visitado por cualquier persona. El primer tramo de la ruta es compartido con el camino a La Renclusa, desde donde se asciende al Aneto.
Es posible comenzar la ruta en Llanos del Hospital (1h 30′ hasta el Forau) o desde el parking de La Besurta (45′). Nosotros optamos por la primera opción.
Descripción de la ruta
Dejamos el coche en Llanos del Hospital. En verano (29 de junio – 11 de septiembre) la pista de acceso a La Besurta está cerrada y solo se puede continuar en bus. Es la misma ruta por la que la gente asciende al Aneto así que la afluencia está garantizada. Durante el resto del año, el paso es libre.
La senda normal comienza por la izquierda del Hospital, en una tranquila y verde pradera. Sin embargo, nosotros optamos por ascender por la pista y luego descender por la senda. Así realizamos una semi circular.
La ruta asciende tranquila y sin apenas desnivel. Poco a poco tomamos altura y disfrutamos de los regalos que el verano todavía palpitante nos regala. Encontramos por el camino moras y frambuesas, y escuchamos a las inquietas marmotas que con su sonido alertan nuestra presencia.
El recorrido lo hacemos prácticamente solos hasta que nos reencontramos con la senda. En unos 45 minutos, alcanzamos el parking de La Besurta. Aquí nos encontramos con varios montañeros que se dirigen a La Renclusa y caminamos unos minutos a su lado, pero pronto nos desviamos.
Una señal evidente nos manda a la izquierda por donde remontamos una pequeña zona pedregosa. Superada, una nueva llanura se abre ante nosotros y al fondo se observa ya nuestro objetivo. En 1h 30′ desde Llanos del Hospital, alcanzamos el Forau de Aiguallut. Sin embargo, una vez aquí resulta imprescindible continuar unos metros más hasta la Cascada y el Plan de Aiguallut. Desde donde tendremos, con permiso de las nubes y la niebla, unas impresionantes vistas al Aneto y su glaciar.
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