Durante las glaciaciones del cuaternario, una gran masa de hielo cubría ampliamente el Pirineo y se extendía moldeando valles y excavando circos. Los actuales glaciares pirenaicos, los más meridionales del continente europeo, son los últimos herederos de aquella era.
En los últimos años, el cambio climático lo ha acelerado todo y los hielos pirenaicos se acercan a la extinción. De las 2.000 hectáreas de masa glaciar que se estimaban en 1850, han desaparecido casi el 90%. La completa desaparición de nuestros glaciares está cerca.
En la actualidad, solo quedan 19 glaciares en el Pirineo y solo 10 con movimiento propio. Se concentran en 9 de los mayores macizos pirenaicos, repartidos en 5 regiones y por encima de los 2.700m de altitud.
Monumento Natural de los Glaciares Pirenaicos
Así, con el fin de proteger y poner en valor nuestros últimos glaciares, en 1990 se creó el Monumento Natural de los Glaciares Pirenaicos. Ocupa una extensión de 3.190ha y se integra o comparte territorio con otros Espacios Naturales Protegidos.
Con la protección de los glaciares pirenaicos mediante la figura de Monumento Natural se pretende fomentar la investigación científica de estos escasos y frágiles elementos naturales, preservándolos de cualquier alteración humana que ponga en peligro su evolución natural.
En nuestra mano está hacer todo lo posible para revertir el cambio climático y vivir en convivencia con la naturaleza. Los glaciares son la muestra de que no podemos esperar más.
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