El Pirineo es una diversa y extensa cordillera que conecta dos mares. Un verdadero paraíso natural. A través de sus valles, ríos y montañas encontramos diferentes formas de vida, siluetas geológicas variadas y paisajes infinitos. Y, al mismo tiempo, una vegetación diversa.
Entendemos por vegetación como el conjunto de plantas propias de una zona existentes en un terreno determinado. Y al mismo tiempo resulta esencial distinguir entre la vegetación real (aquella que existe en un lugar en un momento concreto) y la vegetación potencial, que nos ofrece una imagen hipotética de como sería la vegetación si solo dependiera del clima y suelo existente y el ser humano no hubiera intervenido.
La vegetación no es un elemento estático, si no que evoluciona y se adapta de forma constante a los diferentes cambios ambientales. A lo largo de la historia, y especialmente en las últimas décadas, el ser humano se ha convertido en su principal modelador. Como consecuencia, en la actualidad la masa boscosa se ha reducido de forma importante y la cubierta vegetal está muy alterada.
Vegetación potencial del Pirineo
El Pirineo en su conjunto conforma uno de los lugares de Europa más ricos desde el punto de vista de la diversidad vegetal. De acuerdo a un estudio del Departamento de Geografía de la Universidad de Zaragoza sobre vegetación potencial, en la cordillera podemos distinguir hasta 9 tipos de bosques y formaciones vegetales diferentes.
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