Un enorme e inmenso manto de plantas milenarias se extiende a lo largo del Pirineo. Se distribuyen en todas las latitudes y se han adaptado a las distintas condiciones climáticas. Desde la calidez mediterránea hasta las imponentes y frías paredes del macizo de la Maladeta.
En geografía botánica se llama piso alpino al conjunto de comunidades herbáceas que se encuentran cerca de las cumbres. Y en el Pirineo, la línea altitudinal del piso alpino se establece a partir de los 2.300m.
El Pirineo aragonés alberga las cimas más altas y conserva la mejor representación de la flora y vegetación alpinas de la cordillera, alcanzando las 642 especies. Sin embargo, y como es lógico, la riqueza en especies decrece al aumentar la altitud, ya que disminuyen las temperaturas y por tanto, la producción vegetal y animal.
En el Pirineo, al no haber un piso nival significativo (cubierto de nieve durante todo el año) existen 5 especies de plantas capaces de alcanzar la cumbre de la cordillera. Capaces de vivir a más de 3.400m de altitud y pisar la cima del Aneto.
De las cinco, dos son endémicas: Androsace ciliata y Saxifraga iratiana; otras dos del género Saxifraga (S. bryoides y S. oppositifolia) y, finalmente, la gramínea Poa laxa.
1. Androsace ciliata
2. Saxifraga iratiana
3. Saxifraga bryoides
4. Saxifraga oppositifolia
5. Poa laxa
* Fuente: «La flora alpina de los Pirineos: un patrimonio singular» por José Antonio Sesé, José Vicente Ferrández y Luis Villar
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