El rebeco o sarrio en el Pirineo

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Ágil y saltarín, el rebeco (sarrio en aragonés, isard en catalán y francés) es una de las especies más representativas del Pirineo. Fáciles de ver, acostumbran a moverse en grupos de varios individuos, mientras saltan y corren por escarpadas laderas y canchales de roca.

Los caprinos son un habitante habitual de las principales cadenas montañosas europeas. En las alturas se sienten cómodos y están perfectamente adaptados a las duras condiciones climáticas, jugando un papel esencial en los ecosistemas. En el Pirineo, concretamente, encontramos la especie Rupicapra pyrenaica.

rebeco


Características

En la actualidad, y tras distintas interpretaciones, se reconocen un total de 10 subespecies de rebeco o sarrio agrupadas en dos especies: la rupicapra pyrenaica y la rupicapra rupicapra. Además, en la Península Ibérica encontramos otros caprinos similares como el muflón, la cabra montés o el extinto bucardo.

El rebeco pirenaico o sarrio es un bóvido de la subfamilia Caprinae sin apenas dimorfismo sexual. Pueden pesar hasta 30kg, siendo los machos algo más pesados que las hembras. Poseen unos pequeños cuernos en forma de gancho que conservan durante toda la vida. Los de los machos son ligeramente más grandes y están más separados entre sí. Gracias a ellos y las marcas anuales que guardan, podemos conocer la edad de los sarrios.

Su pelaje es de un color pardo uniforme con la cabeza y el vientre más claro y unas manchas oscuras en los ojos. Una banda negra recorre su lomo desde el cuello hasta la cola. Durante el invierno el pelo se vuelve más denso y oscuro, mientras que en verano es más claro y rojizo. Sus pezuñas son finas y adaptadas para moverse por las rocas y el hielo sin problemas.

sarrio en el pirineo


Distribución del rebeco o sarrio pirenaico

Los caprinos son animales muy extendidos por las grandes cordilleras del planeta. Su ecología les permite adaptarse perfectamente a las condiciones de la montaña. El rebeco pirenaico (rupicapra pyrenaica) concretamente se distribuye en los macizos montañosos del suroeste de Europa, donde distinguimos las subespecies parva (Cordillera Cantábrica), pyrenaica (Pirineos) y ornata (Abruzzos, Italia).

Son animales muy sociales que suelen vivir en grandes grupos y su hábitat en el Pirineo se localiza entre los 1.200 y 2.800 metros de altitud. Dependiendo de la época del año, se mueven entre el límite superior de los bosques y los pastos supraforestales, alcanzando en verano las mayores altitudes. Es fácil observarlos en canchales y riscos, siempre con posibles vías de escape. 

En la actualidad, la especie se encuentra estable y se contabilizan decenas de miles de ejemplares en todo el Pirineo. Debido a la ausencia de depredadores, la regulación de la población depende de la actividad cinegética. 

El rebeco o sarrio en el Pirineo distribucion mapa


Alimentación

El sarrio es un mamífero herbívoro. Invierte gran parte de su tiempo en pastar, especialmente en los meses de verano, y selecciona las plantas que le aportan una mayor cantidad de nutrientes. Sin embargo, no se desplaza mucho para ello y prefiere reposar y no gastar grandes cantidades de energía. En invierno, se aprovecha de las reservas adquiridas durante el resto del año. 

En el Pirineo, los depredadores naturales del sarrio son el lobo y el oso, aunque los cabritos también son atacados por el águila real y el zorro. Además, los restos son aprovechados por las aves necrófagas, que encuentran en ellos una de sus principales fuentes de alimento. 

sarrio en el pirineo


Reproducción

Los sarrios, detrás de la base de sus cuernos, tienen unas glándulas que producen olores y que, sobre todo los machos, utilizan para marcar el territorio. La época de celo tiene lugar en otoño, período en que los machos disputan entre sí la jerarquía para forman arenes de hasta 10 hembras.

El período de gestación dura cinco meses y los partos son de una sola cría. La tasa de fertilidad es relativamente alta pero la mortalidad de las crías también lo es. Solo el 60% de los cabritos sobreviven a su primer año, lo que provoca que el crecimiento poblacional sea muy bajo. En las grandes manadas pueden verse «guarderías», en las que las hembras adultas rodean a los cabritos y realizan una vigilancia sobre ellos. En la actualidad, la sex-ratio en el Pirineo ronda las 1,6 hembras por cada macho. 

 

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