La migración de las aves es uno de los fenómenos más espectaculares que podemos encontrar en la naturaleza. Un viaje por la vida. Y entre ellas, las grullas, con un instinto capaz de sobrevolar mares y continentes. Así lo hicieron sus antecesoras y así lo harán sus descendientes.
Cada año, cuando el invierno toca a su fin, el Pirineo es testigo de este viaje. Hasta 300.000 grullas abandonan Andalucía y Extremadura y se dirigen hasta las zonas pantanosas de Alemania, Finlandia, Suecia y Noruega para criar. La travesía por Aragón comienza en la laguna de Gallocanta, continúa en el embalse de la Sotonera y sigue por la Jacetania hasta atravesar el Pirineo por los valles de Roncal, Ansó y Echo.
El pueblo de Artieda celebró este fin de semana la I Fiesta de las Grullas del Pirineo. Su posición a los pies de los tres valles occidentales le convierte en un lugar privilegiado para contemplar la migración. Además, la cola del embalse de Yesa es una de los dormideros que las grullas utilizan para descansar en su largo viaje.
I Fiesta de las Grullas del Pirineo
El mal tiempo de las últimas semanas en el Pirineo impidió a las grullas cruzar la cordillera y fueron miles las que se acumularon en las inmediaciones de Artieda. Con su gran envergadura y su canto característico, verlas tan de cerca fue una verdadera delicia para los amantes de las aves y la naturaleza.
Durante el fin de semana se realizaron diferentes talleres y charlas relacionadas con la migración de las aves y el entorno. Tuvo lugar una muestra de anillamiento y se pudieron contemplar las miles de grullas que se encontraban en Artieda.
En las jornadas participaron un centenar de personas y las charlas y talleres estuvieron impartidos por la Asociación Río Aragón, el Grupo Ornitológico Oscense, WWF Zaragoza y la Red de Educadores Ambientales de la Jacetania.
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