El lobo vuelve al Pirineo. Después de décadas de extinción, distintos ejemplares procedentes de los Apeninos italianos alcanzan los valles Pirenaicos. Los avistamientos han sido puntuales y no existen familias establecidas, pero su presencia comienza a ser habitual.
El miércoles pasado en la noche, dos trabajadores de la estación de esquí de Núria en el Pirineo catalán, avistaron a un lobo. El ejemplar adulto pasó tranquilamente frente a ellos y continuó su camino. Casi sin inmutarse. Lluis Torrent, uno de lo trabajadores, alcanzó a sacar su móvil y grabar al espectacular ejemplar.
Los lobos observados en el Pirineo durante los últimos años provienen de la expansión natural de la población de lobos italianos (Canis lupus italicus). Primero llegaron a los Alpes y desde ahí se están desplazando hacia el Pirineo. En Francia su presencia es más habitual y ahora están cruzando a la vertiente sur de la cordillera.
El lobo se dio por extinguido en el Pirineo en la primera mitad del s.XX. y no fue hasta principios del nuevo siglo que tuvieron lugar los primeros avistamientos. Sin embargo, su presencia es reducida y puntual. En los últimos años, el equipo de seguimiento del cuerpo de Agents Rurals solo ha fotografiado unos pocos ejemplares y en contadas ocasiones. Para ello utilizan cámaras automáticas capaces de registrar los desplazamientos nocturnos.

Al parecer se trata en la mayoría de casos de machos jóvenes que realizan largas migraciones y exploran nuevos territorios. No existe constancia de que se hayan reproducido y de que existan grupos familiares completos, por lo tanto, a día de hoy no se puede considerar que existe una población de lobos establecida en Catalunya.
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