Infinitas y variadas formas de vida habitan el Pirineo. Entre ellas, las mariposas. Es fácil encontrarlas revoloteando a nuestro alrededor, especialmente durante el esplendor de la primavera. Y es que en el Pirineo podemos encontrar más de 1.000 especies de mariposas diferentes, lo que representa más del 50% del total de la Península Ibérica. Muestra de la riqueza ecológica de la cordillera.
En el año 2017, un estudio del entomólogo aragonés Enrique Murria reveló el hallazgo de una subespecie de mariposa exclusiva del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara. Se trata de la subespecie Erebia lefebvrei abosi, denominada así en homenaje al naturalista Francisco Abós.
La Erebia lefebvrei, también conocida popularmente como montañesa azabache, por su característico color negro, habita diferentes zonas montañosas de la Península Ibérica como los Picos de Europa o la Sierra de la Demanda. Sin embargo, una población de la especie lleva aislada del resto desde las glaciaciones del Cuaternario (200.000 años). El aislamiento le ha otorgado unas particularidades concretas y han derivado en la subespecie abosi, endémica y exclusiva de la Sierra de Guara.
El rol de la mariposa en la naturaleza
Las mariposas, al igual que las abejas, son polinizadoras de plantas y juegan un rol esencial en los paisajes y ecosistemas que habitan. Su presencia constituye un bioindicador muy importante.
Además, las mariposas se integran en la cadena alimenticia. Sirven de alimento a especies insectívoras como algunas aves y sus orugas se alimentan de plantas.
La presencia de mariposas, sin embargo, parece cada vez menor. Diversos estudios alertan de su sensibilidad ante los efectos del cambio climático y el fuerte impacto que su disminución tendría en los ecosistemas de montaña.
También puedes leer más artículos sobre fauna autóctona del Pirineo en este enlace.
Dejar un comentario