Entre los cielos del Pirineo se abre paso una especie majestuosa, símbolo de nuestra tierra. Vive en espacios casi inaccesibles y tiene un comportamiento y una ecología que le hace única. Se alimenta de huesos y sus curiosos baños de barro le otorgan un singular color anaranjado. Si el Pirineo tuviera alas, serían, sin duda, las de un quebrantahuesos.
A finales del siglo XX, la población de quebrantahuesos en el Pirineo era crítica. Menos de 50 parejas sobrevolaban la cordillera y fue entonces, cuando la catalogaron como especie en peligro de extinción. Paralelamente, en 1995, nace la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ).
Un símbolo pirenacio
En 1953, durante la dictadura, se creó la Junta de Extinción de Alimañas y el quebrantahuesos formó parte de la lista negra. Los ayuntamientos pagaban a quienes entregaban una de sus garras. Muchas especies fueron perseguidas, envenenadas y disparadas durante décadas. Sin embargo, y a pesar de todo, el quebrantahuesos nunca dejó de ser un símbolo en la vida social y cultural pirenaica. Siempre tuvo un lugar especial en el imaginario colectivo de la montaña.
En sus orígenes, la FCQ focalizó su actividad en el seguimiento ambiental de la especie y con el tiempo se implementaron los primeros programas de conservación. A día de hoy, se ha logrado revertir la tendencia demográfica negativa y el número de quebrantahuesos se ha duplicado en los últimos 20 años.
Entender una especie
El estudio continuado durante décadas del quebrantahuesos ha ayudado a comprender el estilo de vida de la especie. Su comportamiento ecológico singular le convierte en un ave tremendamente especial.
Particularmente curioso resulta el ciclo reproductor de la especie, que dura casi la totalidad del año. Desde la construcción del nido hasta la emancipación de los pollos. Los quebrantahuesos, normalmente, compartirán la misma pareja durante toda su vida. Aunque se han registrado excepciones.
Mirada al futuro
En la actualidad, la FCQ ha diversificado sus acciones, y junto a la conservación del quebrantahuesos, implementan proyectos de educación y sensibilización ambiental, investigación, gestión de especies o ecoturismo. Pirineos Bird Center, Sobrabe Autóctono y Sostenible, Programa Antídoto o SOS Tendidos Eléctricos son algunos ejemplos. Desde la FCQ son conscientes de que el desarrollo rural sostenible y las actividades tradicionales de los pueblos de montaña son indispensable para la conservación de los ecosistemas y las especies que ahí habitan.
La historia del quebrantahuesos no es la única. Otras especies que habitan y sobrevuelan nuestra cordillera también se encuentran en peligro de extinción. El urogallo, el águila perdicera o el milano real son solo algunas. No las dejemos desaparecer.
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