La idea de volar siempre ha cautivado al ser humano. A lo largo de la historia fueron muchos los inventos y obsesiones por conseguir tal logro. A finales del s.XIX los hermanos Montgolfier inventaron el globo aerostático, una verdadera gesta para la época.
Desde entonces, han sido muchas las aventuras, reales y literarias, vividas sobre estas aeronaves. La última, ha tenido lugar aquí, en nuestra cordillera.
Una expedición formada por 6 globos logró cruzar el Pirineo Central de norte a sur, sobrevolando las cimas más altas e inhóspitas de la cordillera. El viaje se realizó por primera vez el 19 de noviembre y se repitió el pasado 28 de diciembre.
La travesía invernal superó los 4.000m de altitud y recorrió 70km durante 3 horas y media. El hecho de ganar tanta altitud les obligó a utilizar oxígeno y supuso un nuevo hito en el mundo del globo aerostático respecto al Pirineo, ya que nunca se había realizado una travesía tan exigente.
La expedición, en la que participaron varios pilotos aragoneses, despegó en la localidad francesa de Aucum, sobrevoló espacios tan emblemáticos como el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, los macizos del Vignemale y del Balaitus o el Midi d’Ossau y, finalmente, aterrizó entre Jaca y Sabiñanigo.
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