Las temperaturas bajan y las cotas altas del Pirineo se tiñen de blanco. El manto del otoño ya da paso al del invierno y los contrastes se vuelven espectaculares en esta época del año. Una buena excursión para disfrutar de la montaña durante estas fechas es la del Ibón d’as Paules, en Tramacastilla.
La ruta la podemos hacer tanto en bicicleta como caminando. Y en invierno también es una opción perfecta para sacar a pasear las raquetas de nieve. Las vistas durante toda la excursión de la Sierra de la Partacua son impactantes y es muy fácil encontrar caballos que pastan tranquilos en los alrededores.
El Ibón d’as Paules se encuentra cerca de Tramacastilla, en el Valle de Tena. Y a pesar de estar represado, se encuentra en un entorno de gran belleza. En cuanto a su toponimía, paules parece derivar del latín padules que se refiere a los «prados acuosos». Cuando visitamos el lugar es fácil entender por qué le dieron este nombre.
La ruta hasta el Ibón tiene una duración de 1h 50′ y discurre en su mayor parte por pista, lo que la convierte en una opción perfecta para visitar con niños.
Track de la ruta
Descripción de la ruta al Ibón d’as Paules
Una vez en Tramacastilla continuamos la carretera en dirección Sandiniés. En seguida encontramos una rotonda donde dejaremos el coche. Junto a la carretera hay espacio suficiente para poder aparcar. Una pista con una barrera sale desde la misma rotonda. Aquí comienza nuestra ruta.
Comenzamos a caminar y poco a poco cogemos altura. El desnivel es bajo así que se asciende con comodidad. La pista va serpenteando y nos ofrece unas vistas espectaculares de la Sierra de la Partacua y Peña Telera a un lado. Y si nos damos la vuelta, contemplamos una panorámica preciosa del pueblo de Tramacastilla, el pantano de Búbal y la Sierra Tendeñera.
A lo largo del recorrido encontramos abundantes vacas y caballos, ya que es una zona de abundantes pastos. En algunos tramos, pequeñas sendas acortan el camino, pero hay que tener cuidado porque la nieve nos puede confundir. Además, el ganado hace sus propios caminos que a veces no llevan a ningún sitio. La pista llega hasta el Ibón así que siempre nos servirá como referencia.
Superado el mayor desnivel, el camino comienza a llanear. Ahora sí ya estamos rodeados de nieve. En estos pastos se posa con facilidad y nos ofrece las vistas invernales que tanto habíamos esperado. Si queremos podemos usar las raquetas de nieve.
En 1h 50′ alcanzamos el Ibón d’as Paules, que ya se encuentra prácticamente cubierto de nieve. La llanura es hermosa y podemos aprovechar para descansar y disfrutar del entorno. Las vistas y el tiempo nos acompañan. Sin duda, una ruta corta pero muy agradable para disfrutar de un rincón espectacular del Pirineo.
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