Eduardo Viñuales: “El problema de la ganadería extensiva es que se pague por un cordero lo mismo que hace 20 años, no el oso”

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eduardo viñuales

Tras más de dos décadas en circulación, la veterana revista El Mundo de los Pirineos se adapta a los nuevos tiempos y ha transformado su edición mensual por una colección de libros con los que empaparse en profundidad de los paisajes, las rutas, la naturaleza y las mejores historias de la cordillera. El primero de la colección es ¿Por qué preservar la montaña? Guía natural de la A a la Z, un exhaustivo viaje por el Pirineo de la mano del naturalista, escritor y fotógrafo Eduardo Viñuales (Zaragoza, 1971), colaborador de la revista desde el primer número.

Desde que comenzó a trabajar en Ordesa como guía con tan solo 20 años, ha recorrido, defendido y amado estas montañas como pocos. Vivencias que ha dejado plasmadas en numerosos libros y artículos, en los que comparte su pasión por la naturaleza del Pirineo. Cima Norte ha hablado con Viñuales para buscar respuestas a la reflexión que lanza en este último libro. 

eduardo viñuales revista por qué preservar la naturaleza


¿Qué se van a encontrar los lectores en este libro?

Es un libro de 174 páginas, que tendrá a lo mejor unas 300 entradas. Hicimos un listado de cosas que son peculiares, características o emblemáticas de la cordillera, y las ordenamos en capítulos siguiendo la dinámica de la A a la Z. Empezamos con cómo se formaron las montañas, la geología, los ríos, los lagos de montaña, cada uno de esos tiene un capítulo. Se habla de las cumbres más emblemáticas, de los ecosistemas, luego se entra en los árboles, las plantas, las setas y los hongos, la fauna… Y ya finalmente se entra en la relación del hombre con la naturaleza a través de un desarrollo sostenible, y los espacios naturales protegidos más emblemáticos de los Pirineos. Y todo con cuidado de la imagen, con fotos bonitas, llamativas y una maquetación muy atractiva, que es la premisa de la revista.

 

¿El libro enseña a mirar de otro modo el Pirineo?

Esa es la pretensión. Fijarnos en lo que es el valor de la vida y gracias al aprecio, el cariño y la emotividad que esas especies y esos espacios nos transmiten con su visión, lanzar el mensaje de su conservación entrando por los ojos. El libro tampoco contesta directamente a la pregunta de por qué preservar el Pirineo. No es un libro sobre lo que está pasando o hacia dónde debemos ir. A través de los fotos, de los textos y de la magnificencia que tiene la cordillera, lanza ese mensaje, esa pregunta y esa reflexión, que es evidente que todo esto hay que preservarlo y conservarlo para las generaciones venideras.

revista por qué preservar la naturaleza

¿Y por qué preservar la montaña?

Las montañas siempre han sido consideradas como el modelo de una naturaleza salvaje y poco transformada por el ser humano, las montañas son posiblemente los últimos grandes santuarios de la Tierra donde el hombre y su acción destructora posiblemente no pinta nada, o al menos no pinta mucho. 

 

A nivel de conservación, ¿qué hace tan especial al Pirineo?

El Pirineo es uno de esos grandes santuarios de la naturaleza en la vieja y moderna europa, donde todavía se refugian especies animales desaparecidas en otros lugares del continente, como es el caso del quebrantahuesos, o el oso pardo. Son también un laboratorio vivo, un lugar propicio para la educación ambiental, para la conservación de la biodiversidad, y para la regeneración de los ecosistemas que producen esos beneficios de los que el ser humano como animal también se beneficia, valga la redundancia. Son sumideros de CO2, proporcionan oxígeno, agua limpia, productos que pueden servir para la alimentación, para la ciencia, para la farmaceútica…

cárabo

¿Y qué representan para ti estas montañas?

Para mí el Pirineo es un paisaje maravilloso, un decorado de fondo del norte de Aragón, que sin duda hay que conservar lo mejor posible y seguir manteniendo en un buen estado de salud. Es un lugar donde me he formado en cierto modo como naturalista, es un privilegio haberlo tenido muy cerca de casa, de la ciudad de Zaragoza, donde he nacido y donde vivo. Un lugar donde se propicia ese contacto, esa necesidad que todos tenemos desde niños para conectar con la naturaleza, sobre todo en una sociedad cada vez más moderna, donde existe un déficit de naturaleza, de lo que llamamos vitamina N. 

 

Tú te consideras pirineísta. ¿Cómo es un pirineista del siglo XXI?

Los pirineístas antiguos son una especie de mito. Lucien Briet, Ramond de Carbonnières, el conde Russell… Toda esa gente que creo que no tienen parangón, que describieron de forma tan bonita la cordillera, y la vivieron en ese estado tan puro y salvaje y tan poético, y a la vez de un modo científico y naturalista. Fueron una gente extraordinaria y nos gustaría acercarnos a ellos. El pirineísta tiene que recorrer la cordillera, sube montañas, fotografía, escribe, y trata de transmitir a los demás ese sentimiento y esa pasión que él siente por estar allí, que le embriaga. Y yo en mi caso, como conservacionista, intento lanzar ese mensaje de protección y de defensa de estas montañas. 

basa de la mora

Empezaste a trabajar como guía en Ordesa en tu juventud. ¿Cómo ha cambiado nuestra relación con el Pirineo, hay más respeto desde entonces?

Ahora se habla de medio ambiente, está en la agenda de todo el mundo y se ha avanzado mucho, pero hay que seguir azuzando para que realmente nos lo creamos y se apueste por ello. En lugares como el Parque Nacional de Ordesa, se ha desaprovechado la verdadera impronta que se podría haber dejado con el centenario, que hubiese sido su ampliación. 

En el año 1918 se declara el Parque Nacional por parte de Pedro Pidal, gracias a la iniciativa y al clamor de un pirineista que era Lucien Briet, y eso fue verdaderamente pionero hace 100 años. Fue un adelantado, y además con la complicidad de los vecinos del entorno de Torla, que buscaban un fin turístico pero que dieron con una forma de desarrollo que funcionó. 

En 1982 se da otro paso de gigante, valiente, que fue la ampliación del parque de las 2.000 hectáreas a las 15.608 que tiene en la actualidad. Se iba a represar el cañón de Añisclo, y toda una serie de ingenieros de montes o geógrafos como Eduardo Martínez de Pisón, se suman con sus estudios y su clamor para que el parque se amplíe y se deseche la presa. 

Pero hoy se ha visto que 15.608 hectáreas son pequeñas para lo que son Parques Nacionales como Picos de Europa o Sierra Nevada. Un parque nacional necesita no solo un buen estado de conservación, sino también una superficie más amplia. 

 

¿Hay hueco para esa ampliación del Parque Nacional de Ordesa?

Superficie desde luego que la hay. En el entorno de Ordesa, en el lado francés está el Parque Nacional de los Pirineos, que se podría hacer un parque internacional. Y a un lado y a otro tiene las montañas de Bielsa, el valle de Bujaruelo, incluso podría ir hacia Panticosa, hacia el Vignemale. Hay cosas que se podrían hacer y es curioso que ahora que se supone que deberíamos de estar más adelantados no se dan pasos realmente importantes. 

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Pero hay habitantes de los valles pirenaicos que mantienen el discurso de que la protección o la ampliación de los espacios protegidos es un lastre para su desarrollo. ¿Qué responderías?

Que les quiten el Parque Nacional y a ver de qué viven. Deberían también los gobiernos echar más carne en el asador, usted tiene un parque pues yo le voy a compensar. Ahora hay unas compensaciones, más generosas en unos sitios que en otros. Pero tiene que haber una apuesta por parte de todos los gobiernos de los Pirineos, y que en vez de invertir en obras costosisimas como la ampliación de Cerler por Castanesa, se invierta en mantener ese jardín, esos prados, esos bosques, esas montañas.

 

Otro de los temas en los que parece que no se ha avanzado mucho es el conflicto del oso. Parece que no se ha avanzado gran cosa en 25 años, y algunos habitantes del Pirineo defienden que es incompatible con la ganadería extensiva.

Es cierto que la ganadería es un trabajo muy sacrificado y cada vez menos reconocido, pero el oso es, como decía una canción de la Polla Records, un grano en la nariz. Es algo molesto pero no es la enfermedad. El verdadero problema de la ganadería extensiva es otro, es el mundo globalizado en el que vivimos, el mercado, el que se siga pagando por un cordero lo mismo que hace 20 años, el que las políticas propicien los grandes latifundios agrícolas en detrimento de los pequeños agricultores y ganaderos. El problema es otro, pero lo más fácil es echarle la culpa al oso.

En el siglo XXI hay medidas. Medidas que deben ser apoyadas por los gobiernos. Tienes que dar dinero, dar medios para evitar esos ataques, y si una res ha sido atacada por el oso que haya una indemnización justa y rápida. Eso debería ser el verdadero apoyo a la ganadería extensiva. 

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Las Cámaras de Comercio de Aragón han publicado una batería de medidas económicas frente a la crisis del coronavirus, en la que incluyen la unión de las estaciones de Tena y el valle del Aragón. ¿Qué te parece, es una apuesta de futuro para el Pirineo?

Creo que habría que poner el énfasis económico en otro tipo de necesidades realmente más urgentes, eso lo primero. Tal y como se va a debilitar la economía, crear empleo de verdad, y no apostar por un caballo perdedor. Porque cada vez va a haber menos nieve, y porque realmente tras las estaciones de esquí hay una recalificación de suelos y un negocio inmobiliario, un modelo que se ha visto que es perjudicial y caduco. Para un vecino de Formigal, si por un prado le pagan no se cuantos cientos de miles de euros, pues miel sobre hojuelas, pero esa no es la solución. Tiene que haber otro tipo de apuesta, de diversificación de la economía, que no suponga un deterioro de la calidad de un patrimonio natural excepcional.

Es lo que muestra este libro, es lo que entra por los ojos cuando vas al Pirineo, saber que estás en un santuario especial, donde todo se debería hacer con sumo cuidado. Desde luego, me parece muy bien que esa inyección económica vaya a los pueblos, pero con otro tipo de modelo. No podemos seguir urbanizando la costa y la playa y creando estaciones de esquí en el Pirineo, que es el mismo modelo económico, un modelo que entra dentro de la línea de lo insostenible. Y lo insostenible es lo que nos ha llevado a esta crisis sanitaria, salvando las distancias.

 

Después de estos meses de confinamiento en la ciudad, ¿cuál es el sitio del Pirineo al que te gustaría ir en cuanto sea posible?

El primer sitio al que quiero volver es la Alta Zaragoza, estoy haciendo un libro sobre la zona con Roberto del Val y querríamos ir. Pero no nos urge, lo importante es ser sensato, y tomarse con cautela toda esta vuelta a la normalidad. 

 

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