Raquetas de nieve en Ordesa

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Durante el invierno, Ordesa parece dormirse. Hiberna como los osos que antes recorrían sus bosques. El valle se congela, sus hayas pierden las hojas, sus prados se tornan blancos cristalinos y sus cascadas parecen detenerse al helarse. El silencio inunda sus rincones y solo se rompe con algún graznido que te recuerda que a pesar del aspecto, el valle siempre esta vivo.


Parque Nacional de Ordesa, el origen

El Parque Nacional de Ordesa fue fundado hace 100 años. En la segunda década del siglo pasado el concepto «viajar» se comentaba solo entre las personas adineradas que tenían ansias de explorar y descubrir los confines del mundo.

En este momento de la historia entra en acción Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa. Político, jurista, periodista, cazador, escritor, deportista y, sobre todo, viajero. Uno de sus viajes le llevó a Yellowstone National Park, donde descubrió los valores, organización y estructura de un Parque Nacional:

  • Representar el sistema al que pertenece.
  • Tener una superficie adecuada para permitir su evolución natural. De modo que mantenga sus características y se asegure el funcionamiento de los procesos ecológicos en el presente.
  • Condiciones de naturalidad y funcionalidad ecológica. La intervención humana sobre sus valores debe ser escasa.
  • El territorio debe ser continuo, sin cortar la armonía de los ecosistemas.
  • No puede incluir núcleos urbanos en su interior, salvo casos excepcionales justificados.
  • Estar rodeado por un territorio susceptible de ser declarado como zona periférica de protección.

Tras descubrir estas características, a Pedro Pidal se le vinieron varias zonas a la cabeza. Entre ellas, la Montaña de Covadonga. Así nació la creación de este primer Parque Nacional en 1918. Poco después, a su mente acudió la imagen del Valle de Ordesa y, en el mismo año, se creó el Parque Nacional.


El entorno natural

El enclave forjado por las fuerzas de un gran glaciar guarda unas características únicas. Su forma curva consigue que durante su recorrido encontremos todas las orientaciones y sus paredes gigantes crean un desnivel único. Además, conviven una gran variedad de hábitats.

El valle tiene un ecosistema de rivera. Abedules, sauces y multitud de animales acostumbrados a vivir en entornos acuáticos.

En las laderas soleadas encontramos bosques caducifolios donde los robles y los animales recolectores viven en armonía. En las laderas de umbría viven especies boreales acostumbradas a que nunca les de el sol y los inviernos sean heladores.

Cuando subimos en altitud, los matorrales ganan en importancia. El erizon y la gayuba conviven con las nieves, además del pino negro, fuerte y resistente. Finalmente todo desaparece y una panorámica de cumbres de roca y hielo domina las alturas del Parque Nacional de Ordesa.

En invierno, Ordesa se tiñe de blanco. Al fondo del valle nunca da el sol, congelando cada centímetro del suelo y dando un aspecto nórdico de cuento al bosque. En la ladera sur, el sol hace acto de presencia y adquiere un aspecto primaveral si no ha nevado recientemente. Este contraste es espectacular.


La ruta

La actividad que proponemos recorre los diferentes bosques del Parque y sus cascadas. La Cueva, El Estrecho, Soaso y finalmente, ya en el prado alpino, la Cola de Caballo.

Es un recorrido lineal por lo que en caso de necesidad en cualquier punto se puede retornar. La distancia máxima es de 20km, un recorrido extenso pero con un desnivel no muy elevado 500m+.


  Entrada elaborada por Caminos a la Cumbre, guías profesionales del Pirineo. Entre sus servicios ofrecen la posibilidad de realizar salidas en raquetas de nieve

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