El Pirineo guarda rincones de ensueño. Respiras, cierras los ojos y escuchas mientras una infinidad de emociones inundan tu cuerpo. Luego abres de nuevo los ojos y la felicidad se multiplica. Recorrer estas montañas es una experiencia inigualable y una de las mejores formas de conocerlas es visitando sus ibones. Al final del Valle de Tena, podemos encontrar los Ibones de Anayet.
En el municipio de Sallent de Gállego, junto a la pista de esquí de Formigal y muy cerca del Portalet, se encuentra el antiguo volcán de Anayet. Y a su falda, tranquilos y vigilantes, los ibones del mismo nombre. Es una ruta clásica que nos regala una vista inmejorable del imponente Midi d’Ossau.
En el Pirineo, tenemos una rica y variada toponimia. Habitualmente, los picos reciben su nombre para explicar su forma, particularidad o elementos naturales relevantes. En ocasiones, también, el nombre hace referencia a plantas. Y ese es el caso de hoy. El nombre Anayet viene de la palabra aragonesa “anayóns” que significa arándanos. Tanto el pico como sus ibones, reciben este nombre por la abundancia de este arbusto en las laderas cercanas.
La ruta hasta los ibones es sencilla. Ideal para realizar en familia o como bautismo pirenaico. En poco menos de 2 horas alcanzamos los Ibones de Anayet y disfrutamos de un entorno y unas vistas espectaculares.
Track de la ruta
Descripción de la ruta a los Ibones de Anayet
// Ruta realizada en el verano 2019
La ruta comienza en el parking de Anayet de la estación de esquí de Formigal. Fuera de temporada de esquí, el acceso suele estar cerrado y tendremos que dejar el coche junto a la carretera, en el “Corral de las Mulas”, poco antes de llegar al Portalet.
Los primeros pasos los recorremos por una pista asfaltada que llega hasta el parking de Anayet. Ahora sí, dejamos el asfalto y nuestros pies comienzan a tocar la hierba. Nos encontramos frente al barranco de Culibillas, que ascendemos siempre por su izquierda. Una hermosa leyenda acompaña nuestros pasos.
Poco a poco vamos tomando altura y observamos alguna marmota, habituales en este entorno. Si nos giramos y miramos hacia atrás, podremos contemplar una vista magnífica de los Infiernos y su inconfundible marmolera.
Mientras recorremos los últimos pasos, podremos ver asomar el pico Anayet. Siempre vigilante de los ibones. Finalmente, en poco menos de 2 horas, alcanzaremos los ibones. Si hace buen tiempo, es un lugar perfecto para descansar, disfrutar del Pirineo y de unas de las mejores vistas que se pueden ver del mítico Midi d’Ossau.
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Ruta a los Ibones de Anayet con raquetas de nieve.
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