La leyenda de Monte Perdido

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// Imagen de Nacho Diaz

Cuenta la Leyenda que en el pasado, el lugar donde hoy se alza imponente Monte Perdido, era una amplia extensión de verdes prados. Una zona hermosa de abundante hierba, agua y coloridas flores a la que los pastores llevaban a pastar sus ovejas desde los pueblos cercanos del Sobrarbe.

Uno de los pastores era de carácter arisco y solitario. Apenas se juntaba con la gente y pasaba las horas tallando con su navaja curiosas figuras de madera. Una tarde, mientras descansaba junto al río, se acercó un hombre. Iba descalzo, sucio y pobremente vestido. Tenía una figura encorvada y el rostro demacrado por el hambre. Se dirigió al pastor y le dijo: «Llevo mucho tiempo sin probar bocado. Deme algo de comer, Dios se lo pagará».

El pastor le observó, pero duro de corazón, decidió ignorarlo. Miro para otro lado y continuó tallando una rama de boj. El mendigo insistió de nuevo, pero el pastor se mantuvo en su egoísmo. El extraño hombre desapareció e instantes después, una intensa niebla empezó a cubrir el valle. El pastor nunca había visto nada igual y asustado empezó a buscar a su rebaño, que se hallaba disperso por los prados.

Comenzó entonces una fuerte tormenta de viento y nieve. En pocos minutos todo quedó congelado y el pastor y su ganado desaparecieron para siempre. Nunca más se supo de ellos.

Cuenta la leyenda que justo en este lugar, apareció una impresionante y peligrosa montaña: Monte Perdido. Los verdes prados se convirtieron en roca, nieve y hielo. De gran belleza pero imposibles para atender las necesidades del ganado.

Dicen los pastores que ese mendigo era San Antonio y que lo ocurrido fue un castigo divino al egoísmo y a la falta de solidaridad del pastor. Cuando le negó la ayuda, San Antonio le dijo al pastor: «Te perderás por avaricioso, y allí donde te pierdas, saldrá un gran monte, inmenso, tan grande como tu falta de caridad».

Este es el origen de Monte Perdido, una de las montañas más imponentes y a la vez hermosas de nuestro Pirineo. Se alza de hielo y roca, como el corazón del pastor.

* Existen otras leyendas pero ésta es una de las más extendidas entre las gentes de Sobrarbe.

 

 icon-arrow-circle-right Puedes leer más leyendas del Pirineo en el siguiente enlace.

 

Una respuesta

  1. Laureano
    | Responder

    No la conocía,me ha gustado mucho
    No dudo que las otras también sean tan bonitas

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