[Fotoreportaje] La magia de los carnavales de Bielsa

Llega el mes de febrero y una popular tradición ancestral revive en el Pirineo. Los carnavales de Bielsa son una de nuestras herencias culturales más bonitas. Los personajes y el entorno. Su magia. Un ambiente único envuelve la fiesta y la hace tremendamente especial. Sin duda, parte esencial del vivo latir de nuestras montañas.

Bielsa ha celebrado los carnavales de forma ininterrumpida (a excepción de este año) desde tiempos inmemoriales. Ni siquiera la Guerra Civil y la posterior dictadura, fueron capaces de romper la tradición. A día de hoy, los personajes y la esencia no ha cambiado. Los saberes y costumbres se han trasmitido de generación en generación y los jóvenes han sabido conservarlos. Quizá, este sea el secreto.

Se acerca el jueves de carnaval y un ambiente singular recorre la comarca del Sobrarbe. Arranca el carnaval y las calles de Bielsa empiezan a llenarse de seres extraños. Representan la vida, la fertilidad que vuelve a la tierra con la llegada de la primavera y el fin del invierno.

Personajes principales

Trangas. Tal vez sea el personaje más representativo del carnaval. Extraños e imponentes seres mitad hombres mitad machos cabríos que acechan a los niños y mozas del pueblo. Llevan el rostro pintado de negro con un tinte de hollín, aceite y harina. Visten cuernos y pieles, llevan una dentadura de patata, esquillas (cencerros) colgadas de la cintura y unos largos palos llamados trancas (de ahí su nombre). Representan la fertilidad y son los jóvenes del pueblo los que les dan vida.

Madamas. Son las chicas jóvenes del pueblo. Visten unos cuidados trajes blancos hechos de seda, brocados y cintas de colores. Lucen pendientes, collares y zapatos blancos. Esperan en las casas a que las trangas pasen en ronda a recogerlas. Al contrario que los temidos onsos y trangas, representan la pureza.

Onsos. Símbolo de fuerza y de naturaleza en su estado salvaje. Ha pasado ya el invierno y el oso sale de su cueva ante la inminente llegada de la primavera. Se abre paso entre empujones y andando a cuatro patas. Viste una piel de oveja y un enorme saco lleno de rebasto (hierba seca). Solamente los domadores logran parar su espíritu salvaje a base golpes y buenos tragos de vino.

Otros personajes

La Garreta. Es muy antiguo e indispensable en el carnaval. El traje surge de los pañuelos de Portugal que llevaban las mujeres en la cabeza en el traje tradicional de Bielsa. Está rematado con una boina con cintas de colores.

Cornelio Zorrilla. Da inicio y pone fin al carnaval. Lo confeccionan los vecinos con ropas viejas rellenas de paja. Se cuelga en la fachada del ayuntamiento durante tres días desde donde preside la fiesta. Finalmente, tras el baile del domingo, se le juzga por todos los males que han acechado al valle a lo largo del año. La condena está escrita: morir quemado en la hoguera.

Amontato. Simula a una vieja llevando a un hombre a sus espaldas.

Caballé. Mitad hombre y mitad caballo, está hecho de mimbre recubierto de una falda y adornado con cascabeles.

Además, existen otros personajes no tan antiguos pero que igualmente forman parte del carnaval. La hiedra (traje hecho con hojas de hiedra) y el de copos de nieve (elaborado con bolas de algodón).