El Pirineo es una cordillera con multitud de ambientes diferentes. Con una gran diversidad etnográfica, climatológica o de fauna y flora. Y por supuesto en el plano geológico, el que nos afecta directamente a los barranquistas.
Esto quiere decir que aunque nos encontramos en un único Pirineo, nada tienen que ver los animales que encontramos en el Cap de Creus con los del valle de Baztán, así como las plantas que habitan en el bosque de Paderna con las del magnífico hayedo de Irati, o la cultura ancestral del pueblo de Ansó con las tradiciones de Alquézar, o los conglomerados de los Mallos de Riglos con las afiladas Agujas de Batisielles.
La situación geográfica de nuestras montañas ha propiciado que tengamos la cordillera con más biodiversidad de toda Europa, encontrando muchas diferencias y al final propiciando unas montañas con gran riqueza.
El origen geológico del Pirineo
Vamos a remontarnos millones de años atrás. El Pirineo fue formado principalmente durante la orogenia alpina, desde el Cretácico (hace 150M años) y durante el Terciario (65M años). Lo que hoy observamos es producto de esta orogenía, aunque también encontramos piedras más antiguas, de un levantamiento anterior: la orogenía hercínica del Paleozoico (de hace aproximadamente 542M años).
Durante la orogenia se produjeron impresionantes fuerzas tectónicas que causaron pliegues y fallas, y, en general, un acortamiento de la cordillera de unos 80km mediante cabalgamientos. Son muy conocidos los del Cadí, Cotiella y Monte Perdido, así como los que podemos observar en algún barranco como la garganta de Irués. El resultado de esta enorme fuerza es que hoy tengamos montañas de más de 3000m.
Dentro del Pirineo podemos distinguir distintos materiales, que corresponden con diferentes etapas y ambientes de formación. En la zona axial (eje del Pirineo) encontramos las rocas más antiguas (500 – 250M años) del Paleozoico, en ocasiones sedimentarias como caliza, areniscas o arcillas. Por contacto con materiales fundidos que ascendían fueron metamorfizadas (aumento de presión y temperatura) y transformadas: las calizas en mármoles (como la marmolera de los Infiernos), las areniscas en cuarcitas (parte alta de Trigoniero), y las arcillas en pizarras (frecuentes en grandes barrancos como Lapazosa).
Estos materiales sedimentarios antiguos transformados se encuentran en la zona más alta del Pirineo. Son en esencia muy distintos de los mismos materiales que se formarán más tarde en el Mesozoico (250M años) y Terciario (65M años), pues no han sido transformados.
En algunos lugares al final del Paleozoico, durante el periodo Pérmico (hace 290M años) hay vulcanismo (los mejores ejemplos son el Midi y el Anayet). Después se forman sales, yesos y arcillas en el mar poco profundo que eran los Pirineos. Van a formar el manto de despegue para los futuros cabalgamientos de la orogenia, encontramos muestras en barrancos como Gorgas Negras.
Cómo se formaron los barrancos del Pirineo
Para los amantes del barranquismo, el Mesozoico y Terciario son sin duda nuestros periodos. En esta época, el Pirineo se encontraba cubierto de mares en los que se formaban calizas, sobre las que, más tarde, al levantarse la cordillera aparecerán ¡¡nuestros barrancos!!
El Terciario y Cuaternario dan origen a lo que se llama la cobertera, que está formada sobre todo por calizas.
Las calizas se originaron en mares no muy profundos, por esta razón encontramos en ellas fósiles marinos. Pertenecen a este grupo numerosos cañones como Artazul, Leze y Mirabal.
Después, con el tiempo, por el levantamiento de la cadena montañosa se generaron algunos cañones submarinos por los que bajaban corrientes y avalanchas. Lo que se llaman turbiditas o flysch. Sorrosal y Furco son ejemplos de este material. Son intercalaciones de calizas y margas que otorgan un aspecto muy estético al barranco.
Finalmente durante el terciario los terrenos empiezan a emerger, las calizas dejan de ser marinas para formarse en zonas de lagos y deltas (de esta época son los barrancos calcáreos de Guara, Gorgas Negras o Mascún). Posteriormente en el Oligoceno los terrenos emergen por completo, y la sedimentación predominante es la que proviene de ríos que erosionaban los grandes relieves pirenaicos.
Durante este periodo el Pirineo ya había dejado de formarse, por esta razón los conglomerados tienen las panzas horizontales. En este grupo entran los barrancos en conglomerado de guara (Gorgonchón o Cueva Cabrito).
Somos muy afortunados de disfrutar de esta montaña que son los Pirineos, una cordillera mágica, con mil rincones diferentes, desde su más alta cumbre hasta lo más profundo de sus entrañas, que hace que sea imposible cansarse de ella.
Debemos sentirla, aprender lo que nos enseña y disfrutarla. Con mucho respeto y con un gran lema, fomentar la conservación de su biodiversidad.
Puedes leer más sobre barrancos del Pirineo en este enlace. O sobre geología aquí.
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