Vivir y trabajar como antaño. Gestionar el paisaje y el entorno con manejos ancestrales. En la Granja Escuela Riorcal llevan años trabajando en la recuperación de las formas de hacer y vivir tradicionales. Ponen en valor la educación ambiental y mediante actividades para niños y familias, ofrecen un viaje en el tiempo al milenario medio rural del Pirineo.
En la visita a la granja, situada en Santa Cruz de la Serós (Jacetania), se pueden conocer una gran variedad de razas autóctonas del Pirineo, algunas de ellas casi extintas. Aprenderemos sus particularidades y también podremos interactuar con ellas. Perro mastín, oveja ansotana, vaca y cabra pirenaica, cerdo bigurdano, pavo oscense, caballo cantabro-pirenaico o gallina del Sobrabe. Además, según la época del año, es posible ordeñar cabras, pasear en burro y conocer las formas ancestrales en las que se ha trabajado la tierra.
El papel del ser humano en los ecosistemas
Tradicionalmente, el ser humano jugó un papel de gestor en el medio en el que vivía. Con una visión armónica y sostenible, la actividad humana contribuyó al equilibrio natural y social de la vida. Con su trabajo, la comunidad regulaba el entorno.
Ahora, en cambio, las cosas han cambiado. De eso no hay duda. La modernidad y la tecnología han llegado al medio rural. Y con ellas, se ha impuesto una visión “economicista y rentabilista” que ha alterado los ecosistemas tradicionales.
Además, la sangrante despoblación que enfrentan las zonas rurales unida al consecuente abandono, hace que aumente el impacto natural negativo. Al desaparecer las personas de la cadena, en la que son una pieza esencial, el ecosistema pierde el equilibrio.
En el mundo actual de prisas y agobios, quizá es importante pararse un instante a escuchar el silencio. Mirar al pasado y aprender del recuerdo. Sin duda, la Granja Escuela Riorcal es una oportunidad para hacerlo.
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