El Pirineo es tierra de riqueza y diversidad. Desde sus altas e imponentes cumbres hasta el fondo de sus valles y cañones. Aquí encontramos variados climas y ecosistemas que conforman el hogar de más de 200 especies de aves. Algunas amenazadas y otras felizmente extendidas.
Entre ellas, encontramos 8 rapaces nocturnas distribuidas en los diferentes ecosistemas pirenaicos. Vigilantes de la noche, se dividen en la familia Tytonidae (lechuzas) y Strigidae, que incluye búhos, mochuelos, autillos y cárabos.
*Al listado podríamos incorporar el Mochuelo Chico, avistado por primera vez este año en un bosque pirenaico. Al parecer una pequeña población de la especie podría estar anidando en la cordillera.
Se alimentan principalmente de pequeños mamíferos e insectos y entre sus rasgos distintivos destacan sus ojos característicos. Grandes, redondos y orientados hacia delante les permiten ver en la oscuridad y atrapar a sus presas. Además, tienen la capacidad de girar su cuello casi por completo y un canto inconfundible.
La cordillera pirenaica alberga variados tipos de hábitats en cortas distancias, desde el clima atlántico del Pirineo Axial y las Sierras Interiores, pasando por la transición de la Depresión Media hasta llegar al clima Mediterráneo de sus Sierras Exteriores. Está variedad de condiciones ambientales, convierten al Pirineo en una tierra afortunada y le permite poseer una avifauna rica y diversa.
1. BÚHO REAL (Bubo bubo)
Es el mayor de los búhos que podemos encontrar en el Pirineo. Su envergadura puede superar los 18o cm y tiene un aspecto corpulento y poderoso. Su cabeza de gran tamaño remata en largas «orejas» y alberga dos grandes ojos de color naranja. Habita durante todo el año los roquedos y cantiles pirenaicos.
2. BÚHO CHICO (Asio otus)
Con una envergadura de 86-98 cm, tiene un aspecto estilizado y elegante. Su plumaje es de tonos ocres, leonados y pardorrojizos. Además, destacan sus “orejas” particularmente largos y móviles. Residente en el Pirineo, habita los bosques de ribera y submediterráneos.
3. BÚHO CAMPESTRE (Asio flammeus)
Puede superar los 100cm de envergadura y tiene un aspecto más estilizado que otras rapaces nocturnas. Su cabeza es relativamente pequeña con unos grandes ojos amarillos, enmarcados por manchas negras de aspecto “enmascarado”. En el Pirineo lo encontramos entre octubre y febrero en embalses, zonas húmedas y matorrales submediterráneos.
4. LECHUZA COMÚN (Tyto alba)
Es la única representante de la familia Tytonidae en el Pirineo y en todo el territorio europeo. Tiene un aspecto esbelto, largas patas y también una cabeza voluminosa. En su rostro con forma de corazón, también destacan los ojos intensamente negros y el prominente pico. Residente en el Pirineo, habita bosques de ribera, zonas urbanos y agrícolas.
5. CÁRABO COMÚN (Strix aluco)
Con una envergadura 80-95cm, es la rapaz nocturna más extendida en el Pirineo. Llama la atención su voluminosa cabeza con unos enormes y globosos ojos negros. También tiene un particular aspecto rechoncho y robusto. En el Pirineo habita en bosques de ribera, submediterráneos, montanos secos y húmedos y cerca de zonas urbanas.
6. AUTILLO EUROPEO (Otus scops)
Es la más pequeña de las rapaces nocturas del Pirineo. Discreta y reservada, suele pasar inadvertida gracias al camuflaje que le proporciona su plumaje. Tiene una dieta insectivora y un canto característico. En el Pirineo lo encontramos solo en periodo estival, entre los meses de mayo a octubre en los bosques de ribera y submediterráneos.
7. MOCHUELO COMÚN (Athene noctua)
Con aspecto rechoncho y una envergadura de 50cm este pequeño está ampliamente extendido en la Península Ibérica. Se caracteriza por una gran y redonda cabeza sin «orejas». En el Pirineo lo encontramos durante todo el año en matorrales submediterráneos y medios agrícolas.
8. MOCHUELO BOREAL (Aegolius funereus)
Hasta hace unos años, la presencia del mochuelo boreal se consideraba esporádica. Sin embargo, comenzaron a detectarse parejas reproductoras en el Pirineo catalán, donde actualmente se concentra el principal núcleo reproductor de la Península Ibérica. Especie propia de las altas latitudes del hemisferio norte, este habitante de los sombríos bosques de coníferas y montanos húmedos tiene en las montañas pirenaicas su límite más meridional de distribución en Europa. Tiene una cabeza llamativamente grande y una curiosa expresión de «asombro».
Fuente: SEO BirdLife y Birding Pirineos.
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