El Prepirineo aragonés esconde rincones y lugares que son auténticas joyas por descubrir, y en Prepyr365 tenemos una ruta que te lleva de punta a punta de Aragón pasando por lugares tan emblemáticos como la Sierra de Santo Domingo en las Cinco Villas, el Reino de los Mallos en la Hoya de Huesca, o la Sierra de Guara en el Somontano. Tres espacios naturales impresionantes, dentro de las tres comarcas prepirenaicas aragonesas; todo un mundo por descubrir.
Esta ruta consta de 12 jornadas y 227km de pura naturaleza. Para muchas personas puede suponer un reto enorme, pero te gustará saber que, igual que se hace con el famoso camino de Santiago, puedes elegir las etapas que más te convengan en función de tus vacaciones, época del año o nivel de estado de forma para disfrutar a tu ritmo del trayecto. Cualquier persona aficionada a las excursiones por la montaña puede realizar esta aventura, ya sea en unas vacaciones 100% prepirenaicas, o en distintos fines de semana.
PARTE 1: La Sierra de Santo Domingo
El recorrido cruza prácticamente todo el Prepirineo, y además de conocer las sierras y bosques aragoneses, pasarás por muchos de los pueblos y villas más emblemáticos de Aragón. Desde la primera etapa conocerás joyas arquitectónicas maravillosas, como las que albergan Uncastillo, inicio de la ruta, o Luesia, fin de la primera etapa. Y entre ambas villas medievales, concerás el río Arba y su molino abandonado, de gran importancia para los vecinos de la zona no hace tanto tiempo atrás. Una primera etapa en la que ya se deja ver el potencial de la ruta.
De Luesia, se parte hasta Biel, ya cruzando por plena Sierra de Santo Domingo, con sus frondosos bosques, sus profundos barrancos y sus ríos de aguas cristalinas. Esta sierra es considerada Paisaje Protegido de Aragón, y es que sus bosques de pinos, robles y hayedos son difíciles de encontrar en un mismo entorno. El sendero de Mal Paso, lugar de contrabando de antiguos bandoleros, tiene unas bonitas panorámicas de las cumbres del vecino Pirineo antes de adentrarse de nuevo en el bosque que nos llevará a Biel.
Desde allí comienza la etapa más espectacular de esta zona, con barrancos y crestas de gran belleza a tu alrededor. Es la más exigente de la Sierra de Santo Domingo, pero sin duda su desnivel merece la pena superarlo para disfrutar de sus paisajes. Remontar el barranco de Paniagua es lo primero que hay que hacer tras abandonar el pueblo, y de allí subes hasta las afiladas rocas de la Peña de los Buitres. No es difícil adivinar el porqué de su nombre; verás estas rapaces encaramadas en la roca o sobrevolando tu cabeza. Sigues cresteando y superando varios collados, para comenzar a descender hasta la Fuente Amata, donde de nuevo hay que tirar hacia arriba para llegar al collado de Osqueta.
Desde allí ya se ve Villalangua, pero antes pasaremos por las increíbles murallas de la Foz de Salinas, unas paredes de roca verticales que bien podrían haber aparecido en una secuencia de “El señor de los Anillos”. ¡Seguiremos caminando cual hobbits!
Espacios Singulares Cinco Villas
PARTE 2: El Reino de los Mallos y la Hoya de Huesca
Las siguientes etapas te llevan al imponente Reino de los Mallos. Los “mallos” (palabra que deriva del aragonés) son formaciones geológicas verticales que aparecen de forma aislada, casi como esculpidas por enormes gigantes. Desde Villalangua hasta Murillo de Gállego pasas por los Mallos de Agüero y terminas a orillas del río desde donde avistarás los más conocidos de la zona, los Mallos de Riglos. Estos enormes mallos impresionan desde lejos, con su “mano de Dios” mirándote, pero es que aún te impresionarán más cuando te acerques hasta Riglos y los veas de cerca.
Te hacen sentir muy, muy pequeñito. Son una de las mecas de la escalada en España, desde hace más de 30 años, escaladores de todos lados se acercan para escalar sus grandes paredes. En los alrededores, las colonias de buitres son protagonistas; mirando hacia arriba seguro que los verás, o también a tus pies, ya que desde el Mirador de los Buitres te sitúas a su misma altura, en el conocido “Camino del Cielo”.
Desde Riglos la ruta sigue hasta Loarre, donde se encuentra uno de los castillos románicos mejor conservados del mundo. Merece la pena una visita, ya que es un castillo, literalmente, de película. El famoso director Ridley Scott grabó allí a Orlando Bloom en la conocida cinta “El Reino de los Cielos”. Una vez visto el Castillo de Loarre, en la siguiente etapa hasta Bolea, pasas por una ermita que parece estar incrustada en la misma roca: la Virgen de la Peña, en la localidad de Aniés. Es sorprendente como se pudo elevar una construcción así en un sitio tan abrupto y complicado, merece la pena su visita sin duda alguna, aunque hay que estar al tanto de sus horarios.
La ruta continúa hasta llegar por un barranco a la ermita de San Cristóbal, que conserva unos bonitos frescos en sus paredes, y en un paseo muy agradable sigues hasta la de Santa Quiteria, ya cerca de Bolea. En Bolea hay que perderse por sus calles medievales y visitar la colegiata, declarada monumento Histórico-Artístico desde hace más de 30 años.
Desde Bolea comienza el ascenso a la Sierra de Caballera, para terminar coronando el conocido pico Gratal. Las vistas de la Hoya de Huesca desde allí son inmejorables, y en su descenso hasta la localidad de Nueno descubrirás antiguos pozos de hielo: unas excavaciones en el suelo, de hasta cinco metros de profundidad, que eran de gran importancia para conservar los alimentos.
PARTE 3: La Sierra de Guara
De Nueno a Nocito, pasamos por uno de los paisajes más fotografiados de Huesca: “El Salto de Roldán”. Cuenta la leyenda que el valeroso caballero Roldán, huyendo de sus perseguidores, espoleó a su caballo para saltar desde la peña de Amán hasta la de San Miguel, algo que el poderoso corcel logró hacer dejándose la vida en ello, pues se dice que falleció tras semejante esfuerzo. Desde este lugar se continúa hacia el milenario Dolmen de Belsué, para seguir por los acantilados de Cienfuens. De allí sigues hasta el despoblado de Lúsera, que afortunadamente está volviendo a tener vida, y acaba esta etapa en el pueblo de Nocito, en el valle del mismo nombre. Desde allí se puede ver el imponente pico de Guara desde su cara norte, que gobierna la sierra con sus 2.077 metros.
La Sierra de Guara es un lugar que sorprende por su impactante geología. En la etapa Nocito-Rodellar empezamos a ver el porqué. Tras un sendero agradable que te llevará a Bentué de Nocito, Used, y Bara, es visita obligada la iglesia románica de Nasarre: una preciosidad. Se continúa hacia el Dolmen de Losa Mora, de más de 5.000 años de antigüedad, y desde allí, a través del barranco de Andrebot descendemos hasta el barranco del Mascún, una de las gargantas de Guara más impresionantes. Sus paredes están llenas de escaladores que vienen desde todos los lugares del mundo para probar sus exigentes y desplomadas vías, no es raro encontrarse allí al reciente campeón olímpico Alberto Ginés, o cualquiera de sus competidores europeos. Rodellar es el epicentro de la escalada en Guara, y es fácil compartir el amor por este lugar con los practicantes de este bonito deporte.
Tan bonita es esta zona, que una sola etapa consiste en hacer una excursión circular en la que inicio y final es Rodellar. Todo para conocer a fondo el Mascún y sus alrededores. Desde el famoso “Delfín” de Rodellar, partimos hacia el despoblado de Otín subiendo barranco arriba y dejando a un lado “La Ciudadela”, un conjunto de agujas verticales de roca que da como resultado unas formaciones en forma de edificios góticos. En Otín, se continúa por las fajas del Mascún y Raisén. El paseo por estas fajas es de los más conocidos y espectaculares de esta sierra, donde nadie queda indiferente ante su aérea espectacularidad. Ya en el Saltador de las Lañas (punto de partida de los barranquistas que descienden el Mascún) buscamos el camino hacia Cheto, para volver por una agradable senda hasta el punto de partida.
// Barranco de Mascún. Roberto Atencia
Y para terminar la ruta por el Prepirineo, de Rodellar iremos hasta Alquézar, “Uno de los Pueblos más Bonitos de España”. Este es el gran final, pasando por el bonito puente medieval de Pedruel y el mirador de las Palomeras del Balced, y también por la ermita de la Virgen de Viña o el pueblo de Radiquero, conocido por sus excelentes quesos.
Todo esto antes de llegar al imponente cañón del río Vero, uno de los más bonitos de España.
Sin duda la Prepirenaica Trail nos lleva a los lugares más emblemáticos y bonitos del Prepirineo, con una variedad de paisajes, pueblos y monumentos que te sorprenderá.
“El Prepirineo es un tesoro por descubrir, solamente hay que tener las ganas y el valor necesarios para comenzar la aventura.”
Puedes conocer más sobre rutas y experiencias en este enlace.
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