Las abejas juegan un papel esencial en la naturaleza. Su función de polinización, viajando de flor en flor, resulta esencial para la propagación y continuidad de la vida. Sin embargo, poco a poco su presencia está disminuyendo a nivel global y algunas especies se encuentran catalogadas en peligro de extinción.
Se estima que en el mundo existen más de 20.000 especies diferentes de abejas, pero hasta ahora poco sabíamos sobre cómo se distribuyen. Recientemente, un estudio científico internacional publicado en la revista Current Biology ha elaborado un mapa que refleja la distribución de las especies de abeja a nivel mundial.
La Península Ibérica aparece como una de las regiones del mundo con una mayor concentración de abejas. Aquí podemos encontrar más de 1.000 especies diferentes. La península cuenta con un clima muy favorable que facilita la diversidad y un alto número de endemismos (especies propias).
El estudio advierte de la necesidad de saber dónde viven las abejas para así poder conservarlas.
Los hallazgos del estudio, que ha analizado casi seis millones de registros públicos a nivel mundial, revela que hay más especies en el hemisferio norte que en el sur, y que son más frecuentes en ambientes áridos y templados, que en los trópicos.
Más abejas en ambientes áridos
Habitualmente, la diversidad animal y vegetal aumenta hacia los trópicos y disminuye hacia los polos, lo que se conoce como gradiente latitudinal. Las abejas, sin embargo, son una excepción a esta regla y siguen un patrón inverso conocido como gradiente latitudinal bimodal.
Esto implica que hay muchas menos especies de abejas en los bosques y selvas que en los ambientes áridos del desierto, porque los árboles tienden a proporcionar menos fuentes de alimento para las abejas que las plantas y flores bajas.
Fuente: Agencia SINC
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